Cuando uno recibe un diagnóstico surgen diferentes dudas sobre con quién compartirlo. La persona con un diagnóstico poco frecuente y su familia, atravesarán diferentes circunstancias y situaciones sociales. Con el apoyo de las personas más cercanas (familiares, amigos, compañeros de escuela o de trabajo, pareja) este camino puede ser más llevadero. Por esto, es importante comunicar o compartir el diagnóstico con nuestro entorno.
Para poder comunicar el diagnóstico a otras personas, primero es necesario comprender de qué se trata y cuáles son las implicancias médicas, psicológicas y familiares que se nos pueden presentar. Si se presenta alguna duda es importante poder consultarlo, ya sea con un genetista, con quien nos comunicó el diagnóstico o con quien nos sintamos más cómodos de nuestro equipo tratante.
Sabemos que comunicar un diagnóstico de EPOF a nuestro entorno familiar o social no es sencillo debido al bajo conocimiento que estas condiciones tienen en la sociedad. En un inicio podemos sentirnos frustrados ya que otros pueden no comprender la información que les estamos transmitiendo.
Lo más importante es poder compartir la información que uno quiera, no necesariamente estamos obligados a compartirlo todo. Si elegimos compartir con nuestros seres queridos, podemos hacerlo con nuestras palabras, expresando lo que sentimos, brindándoles la posibilidad de aclarar sus dudas con nosotros o consultar a un especialista.